Relatos de historia en la U

Bueno a mi la nostalgia todavía no me invade. Mi corto período de tiempo fuera de la Universidad el año pasado acabo con una especie de limbo en el que me encontraba y por eso jamás sentí que la extrañé tanto como cuando volví. Asi que pretendo emular a Lyna y contar mi historia por capítulos.

CAPÍTULO 1. EL NUEVO MUNDO DE LA UNIVERSIDAD
Estamos hablando de 1997. Semana de inducción y mi característica forma de llamar la atención, si está bien lo reconozco, sí, llamaba la atención y me gustaba hacerlo, mi aspecto físico y mi arrolladora personalidad me facilitaron establecerme en el mundo de la popularidad en la Facultad de Ciencias Económicas. Cree lazos entrañables en ese primer año de universitaria y cambié de forma determinante y certera mi actitud frente a la vida. Aunque mi posición económica era bien acomodada, y no tenía que sufrir por ello, el cambio de vida de colegio femenino, religioso fue próspero.
En semana de inducción cometí dos errores graves. 1. Me dejé llevar por las tentaciones de ver tantos niños agradables cerca a mi, léase la corta historia con Ferchito. Ese hombre es un ser humano especial y yo fui como con la mayoría una embarrada. Palo dice que mi respuesta fue de tamaño fenómeno cuando me preguntó por qué estaba besando a un desconocido, yo no recuerdo el episodio pero la respuesta que me da Palo es parecida a mi reacción estandar: No puedo besar a un amigo??? Amigo (léase acabado de conocer). 2. Me atreví a desafiar a una ateo consagrado -Ga. Al parecer de tal desafio surgió una bonita amistad y un amor entrañable que se consolidaría casi 8 años después. En ese momento en que el mundo se abría para mí de esa manera no podía concebir encerrarme en una "linda" relación.

Mi noviazgo con Orlando acabó, y habría de arrepentirme de esa decisión años después. Mi época de affairs momentáneos fue exagerada y en ocasiones no supe medir las consecuencias de mis decisiones. En el camino apareció Jaime y Angélica y la historia podría continuar pero no vale la pena, ya los que leen deberían conocerla. Luego estuvo Ilich y Eduardo (No comments please) y los grupos de la Facultad, Poesía, Colectivo de Economía... Ya hablaba con Toño de lo mal que me caia una niña llamada Lyna que habíamos con Julis sacado de nuestra lista de preferencias de la manera más horrible, venderla en clase y mandarla a un grupo de trabajo con Erwin... Jiijijijijiji perdón Lyna es confesión. Para el segundo semestre había tomado la determinación de aprender a comportarme, así que no lo cumplí o a medias. Recuerdo mucho que conocía a Palo -o reconocí el se acordaba de mi yo no de él-. Y decidimos andar para arriba y para abajo como los tres mosqueteros, allí apareció mi amado Omitar, en adelante Flaco. Y obviamente Lyna con quien irremediablemente empecé a acercarme por la amistad con el Gordo y el Flaco. Recuerdo también a mi JuanPa, en las clases de Fundamentos de Contabilidad con el viejo diablo y el salón, el último del 238 desde donde podíamos apreciar, y lo hacíamos... los partidos de futbol, en esa cancha de arena que hoy es un horrible parque con una piscina para perros en la mitad. Recuerdo cuanto nos odiaba el diablo porque según él, los de atrás solo vienen a firmar... tenía razón el pobre, tal vez por él odio la contabilidad. Comencé a salir con mi hermana Marce a tomar cerveza en la 26 en un chuzo cercano, ella estaba trabajando en la U y en esa epoca nos acercamos demasiado. Estaba Mónica, que será de su vida? Y una noche en el bar ví como un niño tipo mi tipo me miraba fijamente pero no me sacaba a bailar. Era Pablito, dulce ser humano. Recuerdo a JuanPa gritando desde la clase su nombre en pleno partido de futbol.

Vino Santa Marta y el celular que Eduardo me había regalado lo había dejado botado en las duchas del Howard Johnson, Carajo, esa es otra confesión. Así que el día del amor y la amistad lo llamé para decirle sobre la pérdida y creo que lo que más rabia le dio fue que el solo se emocionara por mi llamada. Reconozco que le tocó pagar una cuenta astronómica para la época como 100.000 pesos pero no fue mi culpa lo juro.

Fue el paseo, perdón congreso, del que guardo más recuerdos. Allí estaba Toño hundiendome en el mar, quienes lo pudieron apreciar recordarán que salí untada de arena y nada más solo fue el pánico al agua. Recordarán el topless en plena playa, y las noches tomando Miller litro hasta morir... Los bailes y las rumbas pero del Congreso no recuerdo sino lo frío que era el auditorio y el sueño que lograba producirme ese lugar. Del eterno arribo a la ciudad, del ataque de asma de Claudia, de la parada cerca a Barranca, de los guerrillos acercándose a la carretera, y de la interminable noche en Bosconia y la luna llena hermosa que sé veía desde el bus.

Asi habrá sido el impacto del viaje que decidí devolverme en avión y casi no lo logro.

Allí aparece Pablo Andrés y Palo, esa dualidad en mi existencia y todo el cariño y dulzura que don Pablo podía extraer de mi interior. Recuerdo las mañanas y las tardes de los sábados y con especial cariño, nuestras largas conversaciones. Como me gustaba cepillar su largo cabello castaño claro y largo, en contraposición al mio oscuro y corto. Y cuando ya no tenía cabello me gustaba acariciar su cabeza. Tanta dulzura que no merecía por un instante mi inmadurez y falta de seriedad. Me arrepiento de no haber tomado el cacho por los toros y cambiar de la manera como sucedieron las cosas. Me duele no poder hablarle desde entonces, porque le tengo gran cariño y aprecio. Lo miro con cierto recelo y duda cuando lo encuentro caminando por la universidad, y cuando lo veo de lejos, me late el corazón aceleradamente y no puedo hacer nada solo porque no me salen las palabras. No crean que no intenté acercarme a él y darle una explicación, no crean que no intente devolver el tiempo. Hombres tan maravillosos como él se encuentran pocas veces en la vida. Y yo ya me he topado con dos, solo que al segundo no lo pienso dejar... igual algún día tendré la madurez, seriedad y oportunidad para agachar la cabeza y hablar con él.