Oengus me raptó

Celtic god of love and beauty; patron deity of young men and women. Mito: Una noche Oengus vio en sueños a una hermosísima joven cerca de su cama, que al poco desapareció. Al despertar estaba tan enamorado de su visión que no podía probar bocado. A la noche siguiente reapareció la joven llevando un arpa, y acompañándose de tal instrumento cantó una bellísima canción y desapareció de nuevo.

Wednesday, January 19, 2005

Cafés en Bogotá

Primero una reseña sobre la actual situación de la ciudad:
Temperatura: De enero, un calor infernal
Tráfico: No disminuido en diciembre en época de vacaciones, efecto transmilenio por la avenida suba y la carrera 30, insoportable. Ya no hay tráfico de buses por las Américas, imposible llegar si no es en taxi.
Planes: Dos buenas películas en cartelera para ir a ver: Barán y La balsa de piedra (inevitable estar saramguesca en estos días), ver sueño de una noche de verano, la dan en la casa del teatro con música de la mojarra eléctrica (esta vez si es la mojarra), la boleta de 5.000 para estudiantes. La veré hoy.

El tema del blog: la afluencia de cafés en Bogotá.

Luego de ir a comprar las boletas y adquirir un ejemplar del diario gratuito ciudad viva del IDCT, me encontré con un artículo de lujo: Cafés Bogotanos por Eduardo Escobar.

Entre muchas cosas queridas y perdidas en las ciudades posmodernas debemos lamentar el marchitamiento de los viejos cafés donde se reunían entremezclados los comerciantes y los políticos, los vagos y los simples ciudadanos aficionados al ocio creativo y a la sana y vana disputa.

En Bogotá apenas quedan remedos de esos lugares hechos a la vez para la felicidad de charlar y para el aburrimiento de repetirse, como Oma en la norteña carrera quince, la cafetería Alianza Colombofrancesa en el centro, la Romana, sobreviviente con dignidad en las turbulencias de la avenida Jiménez, y uno que otro antro ruidoso de las vecindades de alguna universidad donde venden café en cucuruchos de plástico y empanadas de antier recalentadas con los bombillos....

El artículo sigue pero hasta ahí comienza uno a hacer memoria. Oma es terriblemente aburrido, Café Ambar ya no se llama ámbar violeta, étnikos se encuentra invadido por especímenes de la PUJ y es difícil encontrar sitio, el café vienés es de viejitos, y la decadencia del café de los café-internet es clara. Los cafés están en decadencia.

Atrás quedaron los tiempos en los que se reunian los viejos a arreglar el país y a comentar sobre ese joven político llamado Gaitán. La personalidad de estos lugares se ha visto minada por la comercialidad del café en icopor, que por cierto sabe horrible. En la mayoría de ellos ya ni dejan fumar.

Ahora frecuento la UJTL, por razones meramente maritales. Y pueden creerlo? Los de la Tadeo no toman tinto¡ Es la conclusión después de caminar unas cuadras a la redonda y no encontrar un sitio decente para adquirir uno de estos.
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3 Comments:

  • At January 20, 2005 at 5:08 AM, Blogger Gabriel said…

    Hay un sitio que javier y yo siempre tuvimos interés de comprar. Queda al lado de la Universidad Central, por la calle. Es un café-gril, donde se reunen viejos paisas a tomar aguardiente, tinto o cerveza, a escuchar música de carrilera y a arreglar el país. Nuestro objetivo era convertirlo en un café sin personalidad en el cual venderles tinto y galleticas a los que fueran a cine. Nunca lo logramos, el sitio sigue incolumne, esquivo a las presiones del mercado...

    Mis recuerdos con respecto a café son bien diferentes. En la época de la universidad nos ibamos con E. y C. al centro a ver cine y tomar tinto. Como no teníamos un centavo caminabamos hasta allí, entrabamos a funciones 2x1 en el Muro y luego tomabamos tinto en Via Libre. Y arreglabamos el país...

     
  • At January 20, 2005 at 5:29 AM, Blogger Andrea said…

    Hay un café que es especialmente agradable para mí. Allí puedo ir y sentarme a leer. Lo conocí una tarde de esas en las que rondando por la CGR me lo presentaron y quedamos perdidamente enamorados. Veníamos de almorzar de un restaurante fabuloso (La Casa Masónica-No apta para ateos-jijiji) y decidimos parar a tomar café. El lugar estaba como detenido en el tiempo y en el espacio, los viejos no parecían tan viejos. Debe ser porque todos los clientes eran de la misma edad, y además porque definitivamente dejan fumar¡ Esa característica es importantísima a la hora de determinar cuál café sigue siendo el café de antaño. Es por la 18. Tengo que llevarte¡

     
  • At January 20, 2005 at 9:17 AM, Blogger pvanegas said…

    Yo también tome café en el centro, en Bahia Libre.. pero hay que reconocer que el café es horrible!!!!... aun así los recuerdos de allá son bonitos, eso fue como en el 99

     

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